Mi camino fue recto hasta los 33. Entonces todo cambió. De hecho, ya hervía antes, las transformaciones y los sueños ya se estaban preparando. Y desde entonces mi camino ha sido de todo menos lineal. Pero muy gratificante.

Me licencié, tuve hijos pronto, me especialicé, lo dejé todo aparcado, me quedé en casa con mis hijos, monté un negocio para mantenerme activa, luego otro, luego otro, hice cursos de coaching y programación neurolingüística, retomé la actividad médica, evolucioné, coordiné, ayudé, hice más cursos, me invitaron a varios puestos, acepté los que tenían sentido para mí y mi familia, cambié de ciudad 2 veces y de casa 7 veces, viví en el campo, tuve jeeps y gallinas, viví en la ciudad, tuve coches y autocaravanas, aprendí a hacer yoga, surf, organicé retiros, compartí conocimientos, y descubrí que era capaz de mucho más de lo que pensaba.

Todo ello sin programar demasiado la acción. Seguir nuestra intuición y abrazar todo lo que la vida nos da. Aprender a lidiar con los momentos en los que el cambio es el mejor camino a seguir.

Ahora imagina que hubiera sido desde el principio con apoyo. Espontáneamente, pero también conscientemente y con planificación. Creo que te ahorrarías algunos dolores de crecimiento.

Es este apoyo el que he explorado a lo largo de los últimos 15 años de formación y experiencia. Y sigo explorándolo cada día. Aprendiendo, practicando y desarrollándome.

Sin miedos innecesarios, buscando la mejor solución para cada momento, construyendo pieza a pieza nuestra experiencia única.

Y eso es lo que me propongo ayudarte a hacer. A descubrir lo que tiene sentido para ti, respetando tus deseos y necesidades. Escuchando tu individualidad y honrando las relaciones que elijas alimentar.

Elegir ser feliz en cada paso del camino.

Muchas personas, amigos y familiares me piden consejo e inspiración. Después de mucho tiempo, muchas experiencias y también muchos cursos y formaciones, decidí que estaba preparada para compartir con el mundo las habilidades que he adquirido para encontrar soluciones cuando parece que no las hay.

Te advierto que no existen fórmulas mágicas, ni caminos sin obstáculos e incluso sin dolor. No puedo ayudarte a encontrar LA solución.

Y puedes estar seguro de que no se trata de seguir el mismo camino que yo o cualquier otra persona, sino de encontrar tu propia ruta, tu propio viaje. Ya sea suave y recto o con muchos giros y vueltas. Todo es bueno.

Puedo ayudarle a descubrir todas las soluciones especialmente diseñadas para usted, aquí y ahora. ¿Procedemos?